El gobierno de Nicolás Maduro ha intensificado sus críticas hacia las redes sociales, especialmente TikTok, acusándolas de fomentar una "guerra civil" en Venezuela y de apoyar el fascismo en América Latina. Estas declaraciones se producen en un contexto donde el chavismo está promoviendo un proyecto para regular las redes sociales a través de la reforma de una ley contra el odio, la cual ha sido utilizada anteriormente para perseguir a opositores.
El Parlamento venezolano, controlado por el chavismo, está impulsando un paquete de leyes que incluye la regulación de las ONG y una nueva legislación contra el fascismo, que permitiría ilegalizar partidos y multar a entidades que difundan "ideas fascistas". Según el jefe legislativo Jorge Rodríguez, estas medidas son necesarias para proteger a la población de expresiones de odio y terrorismo en las redes sociales.
Además, Maduro ha tomado acciones concretas contra plataformas como X (anteriormente Twitter), ordenando su bloqueo temporal en Venezuela por incitar al odio y violar leyes locales. Este conflicto se suma a las crecientes tensiones entre Maduro y figuras como Elon Musk, propietario de X, quien ha sido acusado por el mandatario venezolano de incitar al enfrentamiento y de pertenecer a una "secta satánica del poder estadounidense".